Empecemos por definirlo, el
diccionario de la RAE dice: “según la
doctrina cristiana, pecado en que es concebida la persona por descender de Adán
y Eva”; y Google señala que: en
algunas religiones cristianas, estado de culpa que, desde Adán y Eva, es
inherente a la condición humana y del que el hombre es liberado mediante el
sacramento del bautismo. Pues bien como es netamente cristiano nos vamos a
nuestro diccionario particular y que pudiéramos decir como los Legionarios
nuestro manual de la fe, que es el Catecismo de la Iglesia Católica, y nos
refiere a numerales que nos dan bastante luz acerca del tema propuesto, en el 397,
leemos que “el hombre, tentado por el diablo, dejó morir en su corazón la
confianza hacia su creador (cf. Gn 3,1-11) y, abusando de su libertad,
desobedeció al mandamiento de Dios. En esto consistió el primer pecado del
hombre (cf. Rm 5,19). En adelante, todo pecado será una desobediencia a Dios y
una falta de confianza en su bondad”. Luego en el 398: “En este pecado, el
hombre se prefirió a sí mismo en lugar de Dios, y por ello despreció a Dios:
hizo elección de sí mismo contra Dios, contra las exigencias de su estado de
criatura y, por tanto, contra su propio bien... Por la seducción del diablo
quiso "ser como Dios" (cf. Gn 3,5), pero "sin Dios, antes que
Dios y no según Dios" (San Máximo el Confesor, Ambiguorum liber: PG 91,
1156C).
399: “La Escritura muestra las consecuencias dramáticas de esta primera
desobediencia. Adán y Eva pierden inmediatamente la gracia de la santidad
original (cf. Rm 3,23). Tienen miedo del Dios (cf. Gn 3,9-10) de quien han
concebido una falsa imagen, la de un Dios celoso de sus prerrogativas (cf. Gn
3,5)”; en el 402: “Todos los hombres
están implicados en el pecado de Adán. San Pablo lo afirma: "Por la
desobediencia de un solo hombre, todos fueron constituidos pecadores" (Rm
5,19): "Como por un solo hombre entró el pecado en el mundo y por el
pecado la muerte y así la muerte alcanzó a todos los hombres, por cuanto todos
pecaron..." (Rm 5,12). A la universalidad del pecado y de la muerte, el
apóstol opone la universalidad de la salvación en Cristo: "Como el delito
de uno solo atrajo sobre todos los hombres la condenación, así también la obra
de justicia de uno solo (la de Cristo) procura a todos una justificación que da
la vida" (Rm 5,18)”.
403: “Siguiendo a san Pablo, la Iglesia ha
enseñado siempre que la inmensa miseria que oprime a los hombres y su
inclinación al mal y a la muerte no son comprensibles sin su conexión con el
pecado de Adán y con el hecho de que nos ha transmitido un pecado con que todos
nacemos afectados y que es "muerte del alma" (Concilio de Trento: DS
1512). Por esta certeza de fe, la Iglesia concede el Bautismo para la remisión
de los pecados incluso a los niños que no han cometido pecado personal (cf.
ibíd., DS 1514)”.
404: “¿Cómo el pecado
de Adán vino a ser el pecado de todos sus descendientes? Todo el género humano
es en Adán sicut unum corpus unius hominis ("Como el cuerpo único de un
único hombre") (Santo Tomás de Aquino). Por esta "unidad del género
humano", todos los hombres están implicados en el pecado de Adán, como
todos están implicados en la justicia de Cristo. Sin embargo, la transmisión
del pecado original es un misterio que no podemos comprender plenamente. Pero
sabemos por la Revelación que Adán había recibido la santidad y la justicia
originales no para él solo sino para toda la naturaleza humana: cediendo al
tentador, Adán y Eva cometen un pecado personal, pero este pecado afecta a la
naturaleza humana, que transmitirán en un estado caído (cf. Concilio de Trento:
DS 1511-1512)… Por eso, el pecado
original es llamado "pecado" de manera análoga: es un pecado
"contraído", "no cometido", un estado y no un acto”.
Leamos bien es un estado no un acto.
En el 407 nos señala que: “Por el pecado
de los primeros padres, el diablo adquirió un cierto dominio sobre el hombre,
aunque éste permanezca libre... Ignorar que el hombre posee una naturaleza
herida, inclinada al mal, da lugar a graves errores en el dominio de la
educación, de la política, de la acción social (cf. CA 25) y de las costumbres.
412: “Pero, ¿por qué Dios no impidió que el primer hombre pecara? San León
Magno responde: "La gracia inefable de Cristo nos ha dado bienes mejores
que los que nos quitó la envidia del demonio" Y santo Tomás de Aquino:
«Nada se opone a que la naturaleza humana haya sido destinada a un fin más alto
después de pecado. Dios, en efecto, permite que los males se hagan para sacar
de ellos un mayor bien. De ahí las palabras de san Pablo: "Donde abundó el
pecado, sobreabundó la gracia" (Rm 5,20). Y en la bendición del Cirio
Pascual: "¡Oh feliz culpa que mereció tal y tan grande Redentor!"»
(en el Pregón Pascual «Exultet» se recogen textos de santo Tomas de esta cita).
Para entenderlo mejor, ejemplo, si una sábana posee una mancha en una esquina y
por muy mínima que sea ¿dejas de reconocer que está manchada? U ¿Omites la
mancha y dices que está perfecta? Ésta es la razón por la que nuestra Iglesia
Católica aconseja bautizar a los niños para recuperar la gracia de Dios. Dios nos bendiga.